En italiano antiguo, Sant'Anna Metterza indica la ubicación de Santa Ana, tercera en la disposición de las figuras principales de la obra: Jesús en primer lugar, luego la Virgen María y por último Ana, la madre de María.
La obra nos revela lo que a menudo pasaba en los talleres florentinos: en la misma obra podían trabajar más artistas.
En este caso fueron Masolino y Masaccio a trabajar juntos, alrededor de 1424, en la obra destinada a la iglesia de San Ambrosio, en Florencia.
La importancia de esta pintura se debe principalmente al hecho de que nos muestra dos estilos: lo más antiguo, vinculado a la tradición gótica, en la santa Ana de Masolino, y lo más moderno en la percepción de los volúmenes, que se encuentra en la Virgen de Masaccio.
En Santa Ana Metterza, la Virgen y el Niño, con sus potentes volúmenes y posesión sólida del espacio representan una estructura segura a través de la perspectiva. Esta es una de las primeras obras...Leer más