La torre del Palazzo Vecchio lleva el nombre de su arquitecto Arnolfo di Cambio, una figura importante en la Florencia medieval, considerado su autor. Es sin duda uno de los símbolos de Florencia: con sus 95 metros de altura, se eleva sobre los edificios de la ciudad.
La torre, de hecho, fue construida a principios del siglo XIV, con el primer núcleo de Palazzo Vecchio. En el mismo período, el “Governo del Primo Popolo” ordenó de reducir la altura de las torres de las turbulentas familias florentinas. La función de la torre de Arnolfo, así como de la estructura del palacio, era también defensiva: de su cima era posible ver potenciales enemigos y proteger a los representantes del gobierno.
La primera parte de la torre, que se incorpora en el edificio, se apoya en una torre de familia más antigua, mientras que aquella más alta es el resultado de un diseño arquitectónico original y muy audaz, ya que se apoya en las estructuras subyacentes.
Dentro de la torre, 233 escalones llevan hasta la cima, donde hay dos campanarios y la gran veleta. También hay una pequeña celda, Alberghetto, donde fueron encarcelados también Cosme el Viejo – antes del exilio – y Savonarola – más tarde ejecutado en la plaza.
El reloj existente en la torre todavía conserva el mecanismo que data de 1667.