Luca Signorelli

Nacimiento: después de 1441  - Muerte: 16 de Octubre, 1523    Colocación: Sala de Signorelli y Perugino

Luca Signorelli, nacido Luca d'Egidio di Ventura, en Cortona, fue a veces llamado Luca da Cortona. Fue un pintor renacentista, mejor conocido por su habilidad como dibujante, y para el uso del efecto visual de escorzo. Sus impresionantes frescos del Juicio Final, realizados entre 1499 y 1503 en la catedral de Orvieto, son considerados su obra maestra. 

Su primer estilo era cercano a lo de artistas como Benedetto Bonfigli (1420-1496), Pinturicchio (1452-1513), Fiorenzo di Lorenzo (1440-1522) y Pietro Perugino (1446-1524). Sus primeras obras religiosas muestran, sin embargo, la influencia de Sandro Botticelli (1444-1510) y de Lippo Lippi (1406-1469). Su primer mecenas importante fue el papa Sixto IV (1414-1484), que le encargó los frescos para el templo de Loreto en Roma. Signorelli realizó también el fresco Testamento y muerte de Moisés en la Capilla Sixtina, haciendo también el asistente para las paredes inferiores de la capilla. 

En el monasterio de Monte Oliveto Maggiore en Siena ejecutó ocho frescos, parte de una extensa serie sobre la vida de San Benito; en el palacio de Pandolfo Petrucci, por contrario, realizó temas clásicos y mitológicos. Entre estos últimos hay la Escuela de Pan, casi una copia de una obra anterior, hecha para ganar el favor de Lorenzo de' Medici (1449-1492). Desde Siena, Signorelli se trasladó a Orvieto, donde realizó su obra maestra en la capilla de San Brizio, para la Catedral. Entre los muchos temas también está el Apocalipsis. Estas obras son invenciones valientes, con sus desnudos tratados poderosamente, y escorzos arduos, en aquel momento casi impresionantes. Miguel Ángel (1475-1564) tomaría varias figuras y combinaciones de Signorelli par sus frescos de la Capilla Sixtina. 

Después de un período en Orvieto, fue invitado de nuevo a Roma por el papa Julio II (1443-1513), para trabajar en el Palacio Vaticano con Perugino, Pinturicchio y Sodoma (1477-1549). Sin embargo, los artistas no participaron plenamente en el trabajo, cuando las obras de Raffaello allí en el palacio tomaron el lugar prominente. Más tarde Signorelli regresó a Cortona, donde pintó la Virgen y el Niño, la Trinidad, San Agustín y San Atanasio de Alejandría para la Hermandad de la Trinità dei Pellegrini, junto con las predelas Última Cena, Oración en el huerto Flagelación. Las obras se encuentran ambas en los Uffizi, junto con el Crucifijo con Magdalena, y Alegoría de la fertilidad y de la Abundancia

Signorelli viajó también a Arezzo, pero se hizo parcialmente paralizado, mientras empezaba sus últimas obras. Probablemente murió pocos años después, en Cortona. Sus obras muestran una gran calidad y mucha atención a la anatomía, conocida estudiando los cementerios. Fue superior a sus contemporáneos en la representación de la estructura y el mecanismo del desnudo en movimiento; fue más allá de la naturaleza en sus experimentos en este campo, tratando posturas y combinaciones hipotéticas. Su objetivo era lograr una poderosa verdad, más allá de la nobleza de la forma, dejando una gran influencia entre los pintores de su época y posteriores. 

 

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