El florentino Agnolo Bronzino, conocido simplemente como "el Bronzino", fue un pintor manierista. Mezclando el estilo del último Alto Renacimiento con el recién nacido Barroco, los pintores del Manierismo a menudo representaban sus sujetos en formas antinaturales. Las obras de Bronzino han sido definidas retratos "glaciales", que excavan un abismo entre el sujeto representado y el observador.
El verdadero nombre de Bronzino era Agnolo di Cosimo, y el apodo Bronzino se puede referir al aspecto oscuro de los sujetos de sus retratos. Nació en Monticelli, a las afueras de Florencia, ciudad donde pasó la mayor parte de su vida, alejándose raramente. Después de haber estudiado con Raffaellino del Garbo, un pintor del primero Renacimiento florentino, se convirtió en un discípulo de Jacopo da Pontormo, uno de los fundadores del estilo manierista florentino. Bronzino fue fuertemente influenciado por la enseñanza de Pontormo, pero fue también uno de los pocos que soportaban los estudios bajo la guía del problemático Andrea del Sarto. Fue durante la formación con estos dos artistas que el Bronzino fue influenciado por Miguel Ángel y Leonardo da Vinci, del cual el mismo Pontormo había sido un discípulo.
Cuando, en 1552, en Florencia estalló la peste, Pontormo llevó el Bronzino en la Certosa del monasterio de Galluzzo, donde los dos trabajaron juntos en una serie de frescos. Este fue un período importante para el Bronzino, que empezó a ganarse una reputación trabajando para el Duque de Urbino. Regresó a Florencia en 1532 y aquí completó unos frescos y una serie de retratos. Después de haber trabajado otra vez con Pontormo, recibió el patrocinio del Duque de Toscana Cosimo de' Medici, después de haber realizado las decoraciones para la boda del mismo Duque y de Eleonora di Toledo.
Sus retratos de Cosimo y Eleonora, representados entre otros miembros de la corte del Duque, muestran en los sujetos una suave frialdad y un porte casi distante. Estas características definen la técnica impasible pero elegante de los retratos de Bronzino. Sus trabajos fueron muy populares e influyeron en un siglo de retratos de corte en Europa. El Duque encargó a Bronzino de pintar también la capilla privada de Eleonora, que empezó a decorar en 1545 y completó veinte años más tarde.
Como mujer de la nobleza española, Eleonora influyó en le obra de Bronzino, poniendo una atención elocuente y fuerte al ritual y a la ceremonia. Con este trabajo él mostró aquel tono similar a la pintura o al mármol, típico del Manierismo florentino. A pesar de su arte es considerada casi académica, no falta de creatividad poética, como se puede ver de su Retrato de Andrea Doria en forma de Neptuno, donde el almirante genovés es representado como el dios del mar.
Su influencia se puede ver en la ayuda que dio para el nacimiento de la Academia del Diseño, la Academia de Bellas Artes florentina, junto a su amigo, el pintor y arquitecto Giorgio Vasari. Gran parte de la vida de Bronzino ha llegado hasta nosotros gracias a las famosas biografías de Vasari, que datan de 1550 y dedicadas a la corte de los Medici, consideradas la primera enciclopedia de la historia del arte italiano.
Además de frescos y retratos, Bronzino creó numerosas obras religiosas. Entre otros, El paso del Mar Rojo (1542), La resurrección de la Virgen Maria (1552), y el Martirio de san Lorenzo (1569). También pintó desnudos eróticos, inmortalizandoles todavía como alegorías morales, como en su famosa Alegoría del triunfo de Venus. Esta obra sigue siendo parte de la cultura popular mundial.
La última obra de Bronzino, incompleta, es un gran fresco realizado en la basílica de san Lorenzo, que él empezó en 1569, pero el artista murió en 1572. Uno de sus devotos discípulos, Alessandro Allori, completó el trabajo en su honor. La mayoría de las obras más populares de Bronzino están todavía en Florencia, pero algunas también se conservan en la National Gallery de Londres.