Nacida en Venecia, Rosalba Carriera fue una artista y una retratista muy admirada durante el Rococó veneciano. Cuando era joven se especializó en retratos en miniatura, y más tarde se hizo conocida por sus pasteles, que habían un estilo seductor en los contornos suaves y el toque elegante. Cuando era niña comenzó su recorrido artístico realizando patrones de encaje para la madre, que trabajaba en este ámbito. Según algunos, tuvo los primeros rudimentos de la técnica al óleo del mediocre pintor veneciano Giuseppe Diamantini (1621-1705).
Con la difusión de tabaco, comenzó a pintar miniaturas de las tapas de las cajas de tabaco, y fue la primera pintora a utilizar el marfil para estos trabajos. Éstos se desarrollaron gradualmente en retratos, por los cuales fue una pionera en el uso exclusivo del pastel. Muchos importantes viajeros extranjeros en Venecia, como los jóvenes hijos de los nobles y diplomáticos pedían un retrato por ella. Los retratos al pastel de su primer período incluyen los de Massimiliano II de Baviera, Federico IV de Dinamarca, las doce mujeres más bellas de la corte veneciana, su hermana Naneta y Augusto el Fuerte de Sajonia, que adquirió una gran colección de sus pasteles.
En 1721, su primer viaje al extranjero, en París, sus retratos al pastel fueron muy solicitados. En París era huésped del coleccionista de arte Pierre Crozat (1661-1740), hizo un retrato del artista Watteau (1684-1721), de los reales y de la nobleza cercana al rey y el regente, y fue elegida miembro de la Academia Francesa por aclamación. Su cuñado, el pintor estimado Antonio Pellegrini (1675-1741), se había casado con su hermana Angela, y él también estaba en París en el mismo año. La otra hermana de Rosalba, Giovanna, la ayudó a completar los centenares de retratos que le encargaban. Su diario de estos 18 meses en París fue publicado en 1793. En 1721 regresó a Venecia, y visitó Módena, Parma y Viena, y fue recibida con mucho entusiasmo por los gobernantes y cortesanos.
Posteriormente, llegó a la corte del rey de Polonia, donde tomó la reina como su pupila. El rey coleccionó muchas de sus obras, que luego formaron la base de la Altemeister Gallery de Dresde. En 1705 se convirtió en "académico de mérito" de la Academia romana de san Luca, un título reservado para los artistas no romanos. Sus retratos fueron siempre muy bien hechos, casi siempre a la altura del tronco, con el cuerpo ligeramente torcido y la cabeza hacia el espectador. Tenía una maravillosa capacidad de representar consistencias y modelos, recreando tejidos, jerséis, abrigos de piel, joyas, pelo y piel. Los últimos años de la larga carrera de Rosalba fueron trágicos, porque la artista se quedó ciega, pero sobrevivió a toda la familia, y pasó sus últimos años en la pequeña casa en Dorsoduro, la zona de Venecia en la que siempre había vivido.
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