La sala 101, la última en el recorrido de la Galería de los Uffizi, está dedicada a Guido Reni (1575 – 1642). Reni, pintor de Bolonia, es considerado uno de los mayores exponentes del clasicismo del siglo XVII.
Guido Reni tuvo gran éxito durante su vida. Su búsqueda de la belleza ideal, clásica, se inspiró en la obra de Raffaello. Sin embargo, al principio de su carrera, Caravaggio tuvo una importante influencia en su trabajo. Durante el siglo XVII se apreció mucho su capacidad de reunir clasicismo y las necesidades realisticas, que surgieron gracias a Caravaggio.
En la sala de los Uffizi dedicada al artista se exhiben tres de sus obras.
El Davide con la cabeza de Goliat muestra la importante influencia de Caravaggio. La pintura abre la visita de la sala y la coloca en relación con aquellas anteriores, dedicadas a Caravaggio y sus seguidores.
La así llamada Virgen de la nieve y el Éxtasis de san Andrés Corsini (pintura llegada a los Uffizi en 2000 y anteriormente expuesta en la Galería Corsini) representan por contrario las etapas posteriores de la producción de Reni. Especialmente en el Éxtasis, faltan las referencias a la realidad y el santo se coloca en un mundo ideal, de pureza.