Canaletto ha sido un pintor veneciano de paisajes muy importante del siglo XVIII, un paisajista. Trabajó también como impresor y grabador, produciendo obras en Venecia y en Inglaterra. Su padre, Benedetto Canal (1674-1744), con el cual él se formó, fue un pintor de escenografías. Después de una importante estancia en Roma, Canaletto, fascinado por la ciudad y sus habitantes, comenzó a pintar vistas.
Se inspiró mucho al trabajo de otros paisajistas italianos, come Paolo Giovanni Pannini (1691-1756). Regreso en Venecia, empezó a pintar paisajes, entre los cuales una de sus obras más conocida, la Yarda del cantero (1726-1730). En este período probablement estudió con Luca Carlevarijs (1663 – 1730), un paisajista veneciano. Su primera obra documentada es un Capricho de 1723. En estos primeros años se especializó en el estilo a mano alzada, caracterizando sus trabajos por la precisión de los detalles, que lo llevaron a un estilo topográfico.
Él pintaba vistas panorámicas de los canales de Venecia y de su Palacio Ducal, ejemplo de arquitectura gótica. Eran obras muy buscadas por los coleccionistas de la época, como por ejemplo El Gran Canal y la iglesia de Santa Maria della Salute de 1730 y El Bucintoro en el embarcadero el día de la Ascensión de 1732. De este período también son El Palacio Ducal y piazza san Marco y la Vista del Gran Canal que se encuentran en los Uffizi. En algunas obras él pintó también las representaciones históricas y las fiestas de la ciudad, utilizando un estilo impresionista, delante de su tiempo.
Debido al interés de algunos mecenas ingleses, Canaletto se trasladó a Inglaterra en 1746, donde permaneció más o menos hasta 1755. También las obras realizadas en la isla muestran vistas panorámicas, entre las cuales la del puente de Westminster, de 1746 y de Northumberland House, de 1752. Su estilo comenzó a ser redundante, considerado como una reproducción mecánica, sin vida, y los críticos y los mecenas perdieron el interés. En un momento, parece que Canaletto tuvo que dar demostración pública de su trabajo, para refutar la acusación de ser un impostor.
Se retiró a Venecia, donde fue recibido de nuevo con gusto, e invitado a la Academia en 1763. Se quedó y trabaj ó allí hasta su muerte, en 1768. Su obra, popular durante su vida y durante todo el siglo XVIII, continúa a ser apreciada y vendida en las subastas. Su herencia se ve en sus alumnos, entre loc cuales Francesco Guardi (1712-1793), Michele Marieschi (1710-1743), Giuseppe Bernardino Bison (1762-1844) y su nieto Bernardo Bellotto (1720-1780).